Universidad

Ciencia Circular: Investigadores de la UPV/EHU vuelven al colegio (I)

Semana de la Ciencia

Actividades como la Semana de la Ciencia, la Noche Europea de los Investigadores o la Ciencia Circular, en las que participan niños, son "oportunidades únicas para nosotros, los científicos, de acercar nuestro trabajo a la sociedad y ver cómo es acogido, recibir nuevas ideas y despertar vocaciones". Además, cuando se propuso participar en el ciclo de García Collado, se decidió priorizar la participación de escuelas pequeñas, porque estas escuelas tienen más dificultades para participar en este tipo de iniciativas, debido a que muchas veces se concentran en las capitales de provincia.

En su charla explicó qué se debe hacer para comer bien, aprendiendo cómo se comía hace unos siglos. Para ello, observaron huesos de animales ingeridos durante una comida y restos de frutos y semillas, porque estos elementos aportan mucha información sobre alimentos de otras épocas: "Fue un día enriquecedor, muy diferente a la rutina diaria en el laboratorio, tuve la oportunidad de conocer escuelas pequeñas con alumnos de diferentes grados en una misma aula, y fue muy interesante ver las reacciones entre los alumnos de diferentes edades, fue lindo ver sus caras de sorpresa cuando saqué las semillas de hace 1400 años y la curiosidad que despertaron los huesos medievales en sus manos; ¡algunas de las preguntas que hicieron fueron muy desafiantes!"

Entre los alumnos del colegio Larraul, Alejandro, de 6 años, tenía una pregunta guardada desde que supo que un investigador de la UPV/EHU iba al colegio: ¿ha encontrado alguna vez huesos de dinosaurio, porque le gustan mucho? Xuban, de 11 años, con algunos huesos en las manos, dijo que le gustaría aprender más sobre arqueología. Obviamente mostraban un gran dolor frente a los huesos, y observaron y analizaron las marcas y huecos en los huesos, e incluso olieron los huesos, aunque sabían que los restos eran muy antiguos.

Según la profesora Irantzu Egibar del colegio Larraul, “a las niñas les gustó mucho poder tocar y utilizar los huesos, dientes y semillas de hace tantos años”. También encuentran huesos de animales en los bosques de los alrededores: "en el taller de ciencias de la escuela tienen el cráneo de un corzo y parte de la mejilla de una oveja". También le sorprendió saber que en la Alta Edad Media se utilizaba miel para hacer dulces, porque en aquella época no se conocía el azúcar. También llamó la atención sobre las fotografías de un joven con caries en los dientes.

García Collado dijo que en la conversación había niños y niñas de distintas edades, porque en el colegio donde trabaja Irantzu entienden que "la diversidad es riqueza y, por eso, los talleres no se clasifican por edades, se trabaja libremente". En las sesiones específicas, en cambio, se organiza a los estudiantes según su nivel de desarrollo, no según su edad". Respecto a la ciencia circular, cree que "los estudiantes, al visitar a los profesionales, tienen la oportunidad de ampliar los conocimientos que reciben. "En la mayoría de los casos, este especialista despierta un gran interés y curiosidad, y eso es muy gratificante para el colegio".